AUTOR: José A.
Casado.
Nº
PÁGINAS: 320
FORMATO: 23
x 15’5 cm.
FECHA EDICIÓN: Julio 1996
I.S.B.N.: 978 -
84 – 89287 – 04 - X
PRECIO: 9
euros
SIPNOSIS:
En estas páginas encontrará el lector una buena muestra de opiniones críticas y analíticas sobre política y políticos regionales, provinciales y de los municipios más relevantes de la provincia. Puede que cada uno de estos ámbitos o protagonistas salga reflejado con nitidez objetiva; lo que no será probablemente tan seguro es que cada protagonista haya salido retratado con el mejor de sus perfiles: el periodismo que realiza José Antonio Casado no es el del halago constante ni el de la zalamería sistemática. Ello contrasta con las prácticas habituales y por ello ha levantado más de una ampolla; pero no se debe confundir el servicio de la información veraz y objetiva con el trabajo del gabinete de comunicación e imagen de un cargo público o de cualquier institución. El lector lo agradece aunque, tratándose de un medio de propiedad pública, alguno de estos altos cargos pueda entender que es su propio interés y no el de la sociedad el que debe garantizarse en letra impresa. Por ello el autor de este libro ya no está dirigiendo Lanza.
En estas páginas encontrará el lector una buena muestra de opiniones críticas y analíticas sobre política y políticos regionales, provinciales y de los municipios más relevantes de la provincia. Puede que cada uno de estos ámbitos o protagonistas salga reflejado con nitidez objetiva; lo que no será probablemente tan seguro es que cada protagonista haya salido retratado con el mejor de sus perfiles: el periodismo que realiza José Antonio Casado no es el del halago constante ni el de la zalamería sistemática. Ello contrasta con las prácticas habituales y por ello ha levantado más de una ampolla; pero no se debe confundir el servicio de la información veraz y objetiva con el trabajo del gabinete de comunicación e imagen de un cargo público o de cualquier institución. El lector lo agradece aunque, tratándose de un medio de propiedad pública, alguno de estos altos cargos pueda entender que es su propio interés y no el de la sociedad el que debe garantizarse en letra impresa. Por ello el autor de este libro ya no está dirigiendo Lanza.
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